Las personas que usan estos suplementos nutricionales tienen la esperanza de que ellos aliviarán el dolor de la osteoartritis y que quizás incluso podrán reparar o restaurar el cartílago articulatorio. Existe evidencia reciente que al parecer respalda la primera alegación. La glucosamina y el sulfato de condroitina han sido utilizados en Europa durante varios años y han reportado pocos efectos secundarios., Además, ambos suplementos tienen también ciertos efectos antiinflamatorios que pueden ser los responsables del alivio del dolor.

Pero no existe prueba que demuestre que estas sustancias, tomadas de manera individual o en combinación, demorarán realmente el proceso degenerativo o restaurarán los cartílagos en las articulaciones artríticas. Todos los estudios realizados hasta la fecha han sido cortos y se han concentrado en el alivio del dolor., Un estudio a largo plazo está comenzando ahora, patrocinado por el Instituto Nacional de la Artritis y Enfermedades Músculo-Esqueléticas y de la Piel, y el Centro Nacional de Medicina Alternativa y Complementaria.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. no evalúa ni analiza los suplementos dietéticos antes de que pasen a ser vendidos a los consumidores, como la glucosamina y el sulfato de condroitina. Eso significa que cuando los consumidores compran frascos con la etiqueta «Glucosamina/Condroitina» no pueden estar seguros que están llevándose lo que pagaron., De hecho, un estudio reciente llevado a cabo por ConsumerLab.com, demostró que casi la mitad de los suplementos de glucosamina/ condroitina evaluados no contenían las cantidades de estos ingredientes que decían las etiquetas.

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